Imagen en la que aparece una libreta y un boli

Consejos para una buena adaptación psicológica

Tras el diagnóstico de una enfermedad crónica como la DMAE, un buen afrontamiento personal permitirá controlar su impacto en nuestra vida diaria

Qué hacer si hay un impacto emocional tras el diagnóstico de la DMAE

Aunque las circunstancias son siempre diferentes en cada persona que convive con Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE), existen algunas prácticas que pueden favorecer la aceptación y adaptación de la enfermedad.

 

Tras el diagnóstico de una enfermedad crónica como la DMAE, un buen afrontamiento personal permitirá controlar su impacto en nuestra vida diaria. No obstante, este afrontamiento conlleva un proceso de adaptación dividido en 4 fases más o menos diferenciadas:

 

1. Shock, desorientación, negación, rechazo.

2. Fase depresiva o de “duelo”

3. Aceptación y movilización de recursos.

4. Adaptación y ajuste.

 

Con el fin de facilitar ese proceso de adaptación, te indicamos algunos consejos que puedes seguir:

  • Crear una relación de confianza con tus profesionales sanitarios te ayudará a sentirte seguro en cada fase de la enfermedad y con las indicaciones que te pueden dar.

 

  • Estar informado, seguir el tratamiento y las indicaciones médicas para identificar y actuar ante la aparición de síntomas te ayudará a tener un buen control de la enfermedad.

 

  • Mantener un cuidado personal adecuado a esta patología como por ejemplo evitar la exposición excesiva a los rayos solares o tener una alimentación saludable, pueden ayudar a mejorar el pronóstico.

 

  • Aceptar la enfermedad y sus limitaciones en el día a día, nos permitirá eliminar aquellos pensamientos y emociones que nos mantienen en la negatividad, apatía o la sensación de pérdida. No se trata de dejar de hacer cosas sino de cambiar la forma de hacerlas.

 

  • Entender que las reacciones emocionales (mostrar tristeza, llorar, sentir ira o enfado, vergüenza, miedo por el futuro, etc.) ante la enfermedad son una respuesta normal de nuestros procesos mentales, contribuye a la regulación de nuestras emociones.

 

  • Mostrar flexibilidad mental ante las limitaciones que nos presenta la enfermedad nos ayudará a encontrar nuevas formas de hacer actividades cuotidianas o adaptar ciertos hábitos a nuestra nueva situación.

 

  • Saber que nuestros pensamientos y creencias son modificables. Lo que ahora crees imposible puede ser diferente más adelante. Por ejemplo, uno puede pensar que “ya no voy a poder leer más” pero, tras usar una Tablet, decir “con la Tablet puedo ampliar la letra y crear contraste para leer bien”.

 

  • Centrar nuestro pensamiento en la búsqueda de soluciones a las limitaciones y no en cómo nos sentimos ante ellas, nos ayudará a evitar el abandono de determinadas actividades importantes. Se trata de pensar en cómo puedes realizar esas actividades y no en “por qué ya no puedo hacerlas”.

 

  • Centrar nuestros pensamientos en echar de menos quienes éramos o temer el empeoramiento futuro, nos impide atender a las necesidades del presente. Debemos evitar, aunque nos cueste, perder nuestro presente en estos pensamientos.

 

  • Evitar aquello que nos produce apatía, pereza o desinterés puede que nos haga sentir mejor momentáneamente, pero no será así a medio plazo.

 

  • Para no caer en la inactividad o el aislamiento no es bueno evitar sino buscar alternativas que nos permitan continuar con nuestros intereses.

 

  • Expresar y compartir nuestras dificultades con nuestro entorno familiar y social, nos ayudará asentirnos mejor. Se trata de pedir ayuda, expresar sentimientos, … la vergüenza o incomprensión que podamos sentir a principio, se reduce con la práctica.

 

  • Cultivar nuestra red de apoyo familiar y social puede ayudarnos desde el punto de vista funcional (tareas cotidianas) y emocional (acompañamiento psicológico).

 

  • Conocer, disponer y apoyarnos en los recursos sociales y técnicos (ayudas técnicas, servicios sociales y profesionales, asociaciones de pacientes, etc.) disponibles en nuestro entorno nos ayudarán a manejar mejor nuestra DMAE.

 

A continuación, Dolors (paciente de DMAE) y Felipe Yagüe (psicólogo especializado en baja visión) compartirán contigo sus pautas de adaptación a la DMAE.

Estos contenidos no tienen un propósito científico, sino de educación en salud. Han sido desarrollados por Felipe Yagüe Pelegrina, psicólogo especialista en baja visión de la Associació de Discapacitat Visual de Catalunya (ADVC).

Referencias bibliográficas:

  • American Academy of Ophthalmology. Vision Rehabilitation Committee, 2007.
  • Castellote, FJ. Repercusión funcional de la pérdida de visión en los mayores. Revista Multidisciplinar de Gerontología. 2001; 11:29-34. 16.
  • Díaz Veiga P. Impacto de la deficiencia visual en personas mayores. Un análisis desde una perspectiva psicosocial. Informes Portal Mayores, 2005; 37.
  • García, Marta. Revisión bibliográfica sobre la influencia de la baja visión en el estado socioemocional y la calidad de vida de los pacientes mayores. 2014. (Trabajo de Fin de Master). IOBA – Universidad de Valladolid. Valladolid.   
  • Pallero González R, Checa Benito J, Díaz Veiga P: Deficiencia visual. Aspectos conceptuales y repercusiones funcionales. En Checa, Díaz y Pallero “Psicología y ceguera: manual para la intervención psicológica en el ajuste a la deficiencia visual”. Madrid: ONCE; 2003.